lunes, 1 de febrero de 2016

El Fotomatón



París era cualquier cosa menos una fiesta. Paseamos por Pigalle, entre luces de neón y juguetes eróticos. Tantos años hablando del Moulin Rouge y pasaste ante él con la vista clavada en el suelo. Algo no marcha, me dije convencido. Y ese triste presentimiento se hizo certeza al ir a cruzar la calle dándole la mano a un cello. Al final tenías razón. Nunca te presté demasiada atención.

5 comentarios: