- Mamá y yo queríamos daros las gracias por haber venido. Sabemos que vivís muy lejos, que vuestras obligaciones son grandes. Os queremos mucho, hijos míos.
- Papá, no tiene ninguna importancia. Sabemos lo importante que es esta cena para la familia. No nos la hubiéramos perdido bajo ninguna circunstancia. Por cierto, Mamá, está siendo exquisita. ¿Y que vino tan extraordinario es este?.
- Vuestro padre ha echado la casa por la ventana. Es un Vega Sicilia Único, un reserva especial.
-Una delicia. Y la carne como a mi me gusta. Poco hecha y con esa salsa que algún día tendrás que revelarme.
- Claro que si, cariño. Algún día vosotros prepararéis éste mismo menú para vuestros hijos. Así la tradición de la familia pervivirá.
- Así lo haremos. Como ha sido desde siempre. ¿Y los abuelos?. He ido a verlos antes de sentarnos y los he encontrado con muy buen aspecto.
- Estaban emocionados. El pensar que no ibais a poder venir esta noche les había producido un gran pesar. Pero al final, aquí están.
- Y para la carne de la abuela has conseguido una textura increíble. Siendo de tantos años, ¿cómo has hecho para que resulte tan tierna?
- Papá, no tiene ninguna importancia. Sabemos lo importante que es esta cena para la familia. No nos la hubiéramos perdido bajo ninguna circunstancia. Por cierto, Mamá, está siendo exquisita. ¿Y que vino tan extraordinario es este?.
- Vuestro padre ha echado la casa por la ventana. Es un Vega Sicilia Único, un reserva especial.
-Una delicia. Y la carne como a mi me gusta. Poco hecha y con esa salsa que algún día tendrás que revelarme.
- Claro que si, cariño. Algún día vosotros prepararéis éste mismo menú para vuestros hijos. Así la tradición de la familia pervivirá.
- Así lo haremos. Como ha sido desde siempre. ¿Y los abuelos?. He ido a verlos antes de sentarnos y los he encontrado con muy buen aspecto.
- Estaban emocionados. El pensar que no ibais a poder venir esta noche les había producido un gran pesar. Pero al final, aquí están.
- Y para la carne de la abuela has conseguido una textura increíble. Siendo de tantos años, ¿cómo has hecho para que resulte tan tierna?
Muy bueno Ragnar! A pesar de que vas leyendo y analizando lo que ves no intuyes lo que hay hasta el final, que sorprende ; )
ResponderEliminar:(
ResponderEliminarmorboso
uich!
con esas letras tuyas siempre haces sentir...aveces bonito aveces feo, y no sé qué es mejor.
dejo chocobesos como siempre.
:(
ResponderEliminarmorboso
uich!
con esas letras tuyas siempre haces sentir...aveces bonito aveces feo, y no sé qué es mejor.
dejo chocobesos como siempre.
Espero que al final la sensación, pasado el susto, sea de decir: ¡Qué jodío Fernando el rato que me ha hecho pasar!, jajajaja. Gracias, Ady. Bsos
EliminarMacabro a la par de humorístico, jeje. Me encanta la combinación. ;)
ResponderEliminarAbrazos. :)
No puedo evitar en ninguno de mis escritos cierta deriva humorística. Mira que lo intento pero nada, al final siempre brota por algún lado. Muchas gracias por pasarte, Soledad. Abrazos
EliminarTratándose de un micro de terror ya estaba prevenida para el final, pero aún así me sorprendió. Qué bonita tradición la de esta familia, leñe!! Entiendo que los hijos hicieran el máximo esfuerzo por ir :D
ResponderEliminarTerriblemente macabro, Fernando, como tocaba. Enhorabuena!!
La familia unida, permanece unida. Y si es dentro de cada uno, pues esa unión a nivel celular es aun más imperecedera. Y fíjate el desahogo para el sistema de pensiones, jajajaja. Muchas gracias, Julia. Bsos
EliminarEstá el famoso chiste por aquí (Argentina):
ResponderEliminar-Mamá, no me gusta el abuelo...
-Callate y come las papas.
Ahí le has dado, Damián. Muchas gracias por comentar y pasarte por mi humilde blog. Abrazos
EliminarComo la comida de mama, ninguna. Más aún si es una celebración única como esta. Bravo por el padre: para una buena carne, un buen vino. Gracias por provocarme un escalofrío.
ResponderEliminarDudaba entre el Vega Sicilia y un buen Chianti, como Hannibal Lecter. Pero me ha podido el orgullo nacional. Muchas gracias por pasarte, Miguel Ángel. Abrazos
EliminarLos ingredientes es lo de menos; lo importante es el amor con que se ha hecho. Si los hijos continúan con la tradición, los padres ya pueden irse haciendo a la idea.
ResponderEliminarAlgo iba barruntando mientras leía pero no me esperaba este final. Humor macabro al cien por cien.
Saludos.
Ahí, ahí. El amor en la familia, el deseo de estar juntos para siempre. Esa es la clave. Y la entrega total, claro, jajajajaja. Muchas gracias, Josep por pasarte. Abrazos
EliminarMe he imaginado a los abuelos en el congelador, para guardar la carne año tras año. Porque Acción de Gracias es una vez al año... Creo que me estoy volviendo un poco macabra. ¡Mirad lo que me provocáis! Jajaja.
ResponderEliminarGenial relato.
Un besillo.
Jajajaja, pues por ahí podía ir. El aspecto de los abuelos parece que era muy bueno por lo que el congelador debe ser de primera.
EliminarTamos enfermos, María. Vamos a acabar como Don Quijote. Bsos
También me ha recordado al chiste que ha mencionado Damian. Pero, sin duda, escrito con tu puño y letra, con tu estilo de humor macabro, una cena deliciosa, jefe Mora.
ResponderEliminar¡Abrazo, Compadre!
Qué sería de nosotros sin nuestros abuelos. ¿Quién cuidaría a nuestros hijos cuando nos vamos de cañas o se ponen malos?, ¿Sin sus pensiones salvadoras en tiempos de crisis?. Qué mejor que llevarlos siempre con nosotros. Muchas gracias, máquina. Abrazo fuerte, Edgar
EliminarBueno tras los abuelos, ahora a engordar a los padres para la próxima cena. Si esta fuera la tradición de mi familia, pobres de mis hijos, tendrían que comer costillitas porque ando flaca XD. Que buen micro Ragnarito!! Terrorífico y humorístico!! Beso.
ResponderEliminarPero piensa, ¿que desean más unos padres que estar siempre con sus hijos?. Estar con ellos cuando salen de la discoteca, conocer a sus novi@s, estar junto a ellos cuando sufren. Pues hala, a jalarnos a nuestros mayores, jajajajaja. Muchas gracias, Mendiel. Bsos
ResponderEliminarCon que naturalidad cocinan la carne en esta familia, jajaja
ResponderEliminarDi que sí, seguro que hay parentesco directo con Hannibal Lecter y les ha proporcionado muy buenas recetas...
Genial Micro Ragnar, besos.
Muchas gracias, Irene. A estos no les preocupa lo que diga la OMS, jajajaja. Bsos
EliminarMe ha encantado este relato. ¡Genial! Todo queda en casa,oye. Muy bien. A lo mejor comerte a tus familiares no provoca cáncer. Una alternativa a las carnes procesadas.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Ahí le has dado, Sue, jajajaja. Muy bien visto. Muchas gracias por pasarte. Bsos.
EliminarAggg.... me pareció estar frente a Hannibal... degustando el solomillo de... aggg... menudo cuadro de sutileza, jajaja... morbosillo jeje... ;D
ResponderEliminarUn saludo!!
Creo que debe haber una foto suya presidiendo la mesa, jajajaja, muchas gracias, Sonia. Bsos.
EliminarAy, ay, ay... y que naturalidad de todos al tratar el tema... Genial, me ha encantado!! En unos años tendrá que decir la receta, para que sean ellos el plato principal jejeejje aisssss ;) Un abrazo :)
ResponderEliminarTodo queda en casa. La familia como paradigama de la entrega y la unidad. Sangre de su sangre, jajajaja. Gracias por pasarte y compartir, Elena. Abrazos
EliminarTodo queda en familia. Muy bueno, aunque yo cada día estoy más convencida de hacerme vegetariana!!!!
ResponderEliminarAbrazo!!!!
Jajaja. Muy buena receta. Y mejor micro.
ResponderEliminarUn abrazo.