Mientras se terminaba de abotonar su uniforme de gala, el capitán
de los GAR de la Guardia
Civil , Alberto Garrido, volvió la mirada atrás a sus años en
el País Vasco, aquellos años de plomo en que formó parte de la unidad de élite
del grupo antiterrorista de la
Benemérita en Intxaurrondo. Allí se hizo un hombre y un
nombre también, admirado por sus compañeros, temido y odiado por los
terroristas de ETA. Era un investigador tenaz, un hurón sobre el terreno.
Infinidad de zulos encontrados, dos secuestros resueltos sin víctimas, y la
desarticulación de una de las cúpulas terroristas en Francia .
Una vez derrotada ETA, el traslado a Ceuta, la lucha contra el
narcotráfico que pasaba a Europa a través del Estrecho de Gibraltar y ahora el
yihadismo, el nuevo terror del siglo XXI.
- Mi capitán, es la hora
- Voy, teniente.
En el coche que le conducía a la comandancia siguió abstraído
hasta que su ayudante, el teniente Flores le sacó del ensimismamiento:
- Lo hecho hecho está, mi capitán
-Lo se Flores, lo se, pero no puedo evitar sentirme
un poco miserable
- De no haberlo hecho así hubiera sido imposible infiltrarse y
ahora.... quién sabe la que hubieran liado esos desgraciados.
- ¿Alguna vez ha traicionado a alguien que confiaba
ciegamente en usted, teniente?
- Tal vez, no se. Lo que tengo muy claro es que en una
circunstancia así hubiera obrado igual que usted.
Conoció a Fátima un viernes de rezo en la mezquita Muley El
Mehdi de Ceuta. No le fue difícil enamorarla. Tampoco enamorarse él de ella.
Tenía los ojos como dos eclipses de luna y un hablar dulce y pausado. Ella era
el puente para introducirse en la célula yihadista en la que militaban sus dos
hermanos. Nadie sospechó nada. Si había conseguido hacerse pasar por un
abertzale, su tez morena, su domino del árabe y la profunda fe en el Islam que
aparentaba tener, le haría aun más fácil ser aceptado como uno más entre
aquellos fanáticos. El resto ya se sabe por los periódicos. Cuando estaban a
punto de atentar contra el ferry que une Ceuta con Algeciras, los GAR a su
mando irrumpieron en casa de Fátima y se entabló un feroz tiroteo. Sus hermanos
prefirieron inmolarse a ser detenidos y Fátima, con el estupor pintado en sus
ojos, solo acertó a escupir a Garrido cuando este intentó alejarla del lugar.
- Hemos llegado, señor. El ministro le espera para condecorarle.
Y solo, como ya sabía que estaba condenado a vivir el resto de su
vida, subió la escalinata a recoger la medalla más amarga.
Una historia con un talante muy real... y tantos anónimos que evitan males de los que jamás sabremos nada. Me gusta!!
ResponderEliminarFátima, vaya sacrificio más grande. El amor no entiende de guerras y en las guerras no hay lugar para el amor. Muy duro. Me sabe mal por Fátima pero mucho más por Garrido. Gran relato Fer, tremendo. Un abrazo enorme
ResponderEliminarJejeje, por algo dicen que no es bueno mezclar el trabajo con el placer y más en una misión tan delicada, pero a veces no se manda en los sentimientos. Un relato con mucho de realidad a la vez que triste. Excelente, Don Fernando, muy bueno. Un abrazo!
ResponderEliminar:( siempre veo el lado romanticon de las cosas..y siempre remarco lo que me hace sentir las cosas que leo...lo leído me pusieron el corazón aguaito,entre tristeza y respeto,me produjo...Gracias por ellos, besos y chocolates!
ResponderEliminarUn gran sacrificio, olvidarte del amor por la responsabilidad. Y más en un trabajo así. Muy bueno y muy triste. Un abrazo.
ResponderEliminarUna historia muy actual y muy realista, Fernando. Hace que te plantees lo que algunas personas están obligadas a hacer y a no tener nunca a causa de su trabajo. Gran generosidad la suya que no siempre se ve recompensada.
ResponderEliminarMuy bien narrado, me ha gustado mucho el tono íntimo y personal del texto :)
Un abrazo!!
Es un relato perfecto, con la dosis de sobriedad acorde al tono militar pero con un fondo de intimidad con regusto a ternura.
ResponderEliminar¡Uff! Fernando... ¡Me has matado! U.u
ResponderEliminarEs super duro... Por un lado, te sientes totalmente dentro de la Historia, y, por otro, casi ni respiras mientras estás leyendo... Encoge el Corazón, oprime el pecho...
El deber frente al Amor, la salvación de multitud de vidas, el Bien contra el Mal, el sacrificio...
Muy real, muy cierto... Es tremendo... Muy, muy tremendo...
¡Besis! ;)