Una de las mayores tentaciones del demonio es ponerle a un hombre en el entendimiento que puede componer e imprimir un libro, con que gana tanta fama como dinero.
viernes, 13 de febrero de 2015
Auferat hora duos eadem (Que la misma hora nos lleve a los dos)
Diría que tu ausencia es llanto
y no mentiría.
Que tus labios calmaron mi sed
y no mentiría.
Pensaré en un mundo junto a ti,
en tu vientre y en tus manos
para que el miedo abandone sus almenas.
El amor disculpa siempre,
se fía siempre,
aguanta siempre,
espera siempre.
Qué anhelo de dicha en tus labios,
enredado en tu pelo,
en tu cintura.
La lluvia resbalará a nuestros pies.
Amor infinito y necesario, casual,
amor torrencial,
inundando valles y mesetas,
amor terminal.
El mar acogerá su última caricia
en un carro de espuma y sal.
Bésame con los besos de tu boca,
porque más dulce aún que el vino,
es tu amor.
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Hermosos tus versos, como siempre, Fernando! Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, María. Me siento muy halagado. Abrazos
ResponderEliminarFer, es tremendísimo el poema. Qué dulce, más que el mosto! Besotes
ResponderEliminarAiish! Los españoles estan sacando el amor a volar pues!muy lindo te ha quedado...felicidades !
ResponderEliminarSi es que somos de la misma costilla que Don Juan Tenorio. Muchas gracias, Ana Lía y Ady.
ResponderEliminarlindos, el amor, los besos... ay!!! Un abrazo.
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