- ¿Persiste en su herética afirmación?
- Persisto. Lo hice
- Aún está a tiempo de retractarse y evitar el tormento
- Me ampara la verdad. Nada temo
- Acompañen al reo a ver la cámara
Unos minutos después regresaban a presencia del tribunal. El acusado sudaba copiosamente, le recubría una palidez mortal y una gran mancha en la entrepierna revelaba la terrible impresión que acababa de recibir.
- ¿Se retractará ahora vuesa merced?
- Nada ni nadie podrá poner en mi boca otras palabras que las que ya he repetido a este tribunal hasta la saciedad.
- Sea, pues. Verdugo, proceda
El acusado fue llevado al potro.
- ¿Sigue confesando haber leído el libro?
- Si, confieso
El interrogador hizo un gesto al verdugo. Este hizo girar el mecanismo y los músculos y huesos del acusado se estiraron hasta un límite de dolor insoportable.
- Ahórrese y ahórrenos este inútil sufrimiento. Confiese de una vez
- No, no . ¡Por caridad!
Una vuelta de rueda más y sus huesos se descoyuntarían
- Confesaré, confesaré, pero por los clavos de Cristo, cese este dolor
- Me congratulo de que entre por fin en razón. Escribano, tome nota:
¿Confiesa tener el mencionado libro en su casa?
- Confieso
¿Confiesa haberlo tenido varias veces en las manos, con la aviesa intención de comenzar su lectura?
- Confieso
¿Confiesa, finalmente, no haber leído el terrible volumen?
- No lo he leído. Confieso
¿A pesar de llevar años presumiendo de haberlo hecho?
- A pesar de ello
A este tribunal no le queda más remedio que condenar y condenamos al acusado por el delito de pedantería con el agravante de gafapastismo y postureo por haber incurrido en la presunción pública de haber leído el "Ulises" de Joyce, aun a sabiendas de ser un libro ilegible e incomprensible.
Se le condena a la lectura de las obras completas de Marcial Lafuente Estefanía por un periodo no inferior a dos años ni superior a cuatro.
Cúmplase.
jajajajajaa, eres un Maestro. Muy bueno Fernando. Me ha encantado. Un abrazo
ResponderEliminarOoooops se lo tenía bien merecido, qué tragedia!!!
ResponderEliminarMe gusta la comicidad que le pones Fer, feliz domingo.
Muy ingenioso y gracioso, aunque debo confesar me gustaban las novelas de vaqueros de Marcial LaFuente. Imposible subir al trono sin ellas. Mea culpa
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